Sara Montiel, De Mari Antonia a Súper Sara, y viceversa.
Para nosotras, hablar de nuestra Superheroína por excelencia es complicado,
literalmente no hay palabras, y eso que no han dejado de escribirse cientos y
cientos de artículos sobre ella, libros, documentales, etc, y aun así, todavía
seguimos descubriendo facetas de la vida y obra de nuestra paisana Mari Antonia,
más conocida como Sara Montiel. María Antonia Alejandra Vicenta Elpidia Isidora
Abad Fernández nació un 10 de Marzo de 1928, aterrizando en un lugar de La
Mancha llamado Campo de Criptana, en el seno de una familia muy humilde, hija de
Isidoro Abad (labrador) y la segunda esposa de éste, María Vicenta Fernández
(peluquera a domicilio). Como en muchas familias de nuestro pueblo en aquella
época, se las veían y se las deseaban para poder salir adelante. Nuestra Antonia
vivía en una pequeña casa (casa que sigue existiendo en la actualidad, junto una
placa conmemorativa que lo recuerda) durmiendo como antiguamente muchos de
nuestros abuelos/as lo hacían, todos juntos: ella con sus dos hermanas en una
cama, y sus dos hermanos al lado de la cuadra.
Fueron motivos de salud los que
alejaron a nuestra pequeña Mari Antonia de siete añitos, del pueblo que la vio
nacer. El asma que sufría nuestro vecino Isidoro le dificultó el trabajo en el
campo, que combinado con los inviernos duros en La Mancha, y más aún en aquellos
tiempos, empeoraron su estado de salud, condición que le llevó a abrir un
pequeño despacho de vino en un lugar con un clima más benigno, trasladándose
toda la familia a Orihuela (Alicante).
Es en Orihuela, donde nuestra
Superheroína comenzó a desarrollar y a poner en práctica sus habilidades, todo
ello gracias a su primera “jedi” Sor Leocadia, una monja malagueña aficionada al
fandango que se coscó del poderío de la pequeña, introduciéndola de cabeza en el
coro del convento como solista, donde le enseñaría sus primeras nociones básicas
para el correcto uso de sus “Súperpoderes artistiles”, los mismos que años
después le llevarían a volar directa hacia el estrellato.
Y es que nuestra
Superheroína mostraba aptitud desde bien pequeña. Con 5 años ya cantaba y hacía
corrillos cuando salía a jugar a la calle en Criptana, sus primas Fina y
Manolita nos lo contaban en un documental de canal sur. La Antonia siempre
andaba montando jaleo con las demás chicas cuando venía al pueblo, cantando y
bailando o recreando comedias en las que ella misma se encargaba de la
adaptación del guión, atrezzo, dirección y por supuesto, del papel protagonista…
“Que le decía su madre y mi madre, ¡tan marimandona como tu abuela Duerma!, que
era mu sargenta su abuela” (Fina). Testimonios que vienen a reafirmar algo que
nadie puede poner en duda, nuestra Mari Antonia siempre fue “una actriz tres
sesenta”.
Pero ahora viene lo mejor, el auténtico secreto de Puente Viejo quedó
al descubierto en la Semana Santa de Orihuela de 1941, cuando el editor de
prensa José Ángel Ezcurra quedó totalmente impresionado al escuchar desde su
balcón, la saeta que cantó nuestra preadolescente de 13 años. Poco después y con
la autorización paterna, algo que a Isidoro le costó mucho firmar, fue llevada a
Valencia por la familia de José Ángel Ezcurra a fin de mejorar su formación
dando clases de baile y canto (protegiéndola como una inversión más de los
Ezcurra, empresarios de la radio y la prensa), inscribiéndose poco después a un
concurso de jóvenes talentos en Madrid, organizado por la productora Cifesa y
presentado por Bobby Deglane.
Pese a caerse nada más salir al escenario, nuestra
Mari Antonia se levantó y ganó el primer premio con uno de los grandes hits de
la época "La morena de mi copla". El premio, consistía en una paga de 1000
pesetas mensuales durante un año, dinero con el cual, nuestra paisana se instaló
en Madrid, iniciando estudios de declamación. En 1944, gracias a unas fotos
tomadas por Gyenes, capta la atención del director Ladislao Vajda, que le
ofrecería su primer papel en "Te quiero para mí” donde apareció en el reparto
como "María Alejandra”. Ese mismo año murió su padre, y desde ese momento
nuestra Antonia no se separó de su madre, donde iba ella iba su madre. “Soy lo
que soy por mi madre, desde que murió mi padre con 16 años que tenía yo, estuvo
conmigo hasta que murió en el 69”.
A partir de ahí, aconsejada por el escritor y
dibujante Enrique Herreros, nuestra Mari Antonia decide ponerse un nombre
artístico: Sara Montiel, Sara por su bisabuela materna, que se llamaba Sara
María, y Montiel por la sonoridad que encontró en los llamados Campos de
Montiel, próximos a nuestro pueblo. Fueron 14 películas entre 1945 y 1950
incluyendo su primer gran éxito a nivel internacional "Locura de Amor" (1948)
las que rodó en España, con papeles en su mayoría secundarios que se le quedaban
pequeños. En el 48 nuestra joven paisana coge una pulmonía en Burgos que la deja
prácticamente un año internada en un sanatorio.
El dramaturgo Miguel Mihura (su
primer amor) es quien le aconseja, que busque oportunidades fuera de España,
ayudándole a viajar a México. En abril de 1950 nuestra joven Antonia de 22 años,
nuestra Súper Sara, vuela rumbo a México junto a su madre. El México de los 50
era entonces el núcleo de la cinematografía latinoamericana, con una estrecha
relación con Hollywood, y también el punto neurálgico de otro mundo bien
distinto, el de los exiliados del franquismo, como el poeta León Felipe, quien
la enseñó a leer y a escribir, animándola a estudiar teatro, le compuso versos
como “En tus bellos pardos ojos / el sol de la Mancha ríe / en tu boca dos
claveles / de tus labios hacen nido”.
En México, nuestra Súper Sara se convierte
rápidamente en una de las actrices más populares de Latinoamérica junto a
intérpretes de altura como Agustín Lara, Pedro Infante o Katy Jurado. Conocida
como la Marilyn de México, llega a filmar 13 películas entre 1950 y 1955, una de
ellas "Cárcel de Mujeres", una película que para la época, recuerda mucho a
producciones actuales tales como la famosa serie “vis a vis”, donde vemos
retratada una sociedad patriarcal que ha abocado a esas mujeres a llevar a cabo
numerosos delitos, en su mayoría provocados por los abusos que sufren de
diferentes formas. En relación a este film, Sara contaba en numerosas
entrevistas: “Yo quería ser actriz y no ser ni famosa ni hacerme importante por
mi belleza física. Mucha gente no me cree, pero es verdad, ha sido un hándicap
para mí. Hice Cárcel de Mujeres sin maquillar, me prepare maravillosamente bien
para hacer el personaje, pero las críticas siempre fueron “es tan bella, que se
sale de la pantalla”. Con 22 años que tenía, me hinchaba a llorar, y me decía
¡pero como no han visto mi actuación!”.
En 1953 Harry Conn, de la Columbia, le
propuso a nuestra paisana un contrato que para sorpresa de todos, nuestra joven
de 23 años rechazó... “Era una propuesta de 7 años en las manos de un señor. Yo
no podía casarme, no podía tener hijos… bueno, eso ya lo hubiéramos visto.
Draconiano. Al año, me dieron Veracruz, e inmediatamente la Warner me habló de
dos películas más”.
Fue en 1954 cuando le llegó la oportunidad de trabajar en la
época dorada de Hollywood, Meca del cine mundial. Con la película "Vera Cruz" al
lado de Gary Cooper y Burt Lancaster, su trabajo impresiona y Hollywood le abre
sus puertas. Poco después, interpreta "Serenade" (1956) para la Warner Bros.,
junto a Mario Lanza, Joan Fontaine y Vincent Price, bajo la dirección del que
después sería su primer marido, Anthony Mann.
En esta época, ella lo aprendió
todo sobre montaje, fotografía y trucos para la cámara, gracias a su trabajo e
interés en la gran industria cinematográfica de EE.UU, habilidades que después
nuestra Superheroína pondría en práctica al llegar a España, como el uso de una
media de Christian Dior número 9, color gris, como filtro difuminador colocado
estratégicamente en la lente de las cámaras. Nuestra Antonia, precursora de los
FX de Instagram, amigas.
La carrera en Hollywood de Sara Montiel se cerró pronto
por voluntad propia: “Yo he tenido muchos problemas en los EE.UU. Para empezar,
no sabían dónde está España”; ''Mira, yo me llamo Sara. Pues me pusieron Sarita.
Sarita la mexicana”. Burt Lancaster, fue quien la bautizó como Sarita Montiel,
cuando le explicó: “Nos vendría mejor poner en los créditos Sarita Montiel. Para
ti no cambia, pero para nosotros sí. Sara no es bueno. Con hache, Sarah, es
judío. Sin hache, Sara, es nombre de esclava negra”.
Estamos hablando de los
EE.UU de los años 50, donde por ejemplo, se segregaba a las personas
racializadas, algo que se encontró nuestra Antonia en una ocasión junto a su
amiga la gran cantante de jazz Billie Holiday, en el restaurante Four Seasons de
Nueva York, donde nuestra Súper Sara les monto buen quilombo a quienes
pretendían impedir la entrada a su amiga… "Yo y Billie Holiday éramos muy amigas
y reservamos mesa para dos en el Four Seasons, que era un restaurante de Nueva
York de copete. Cuando llegamos, el maitre, muy estirado, nos dijo que
esperáramos en el bar. Pasó el tiempo y ya estábamos drunk, porque llevábamos
media hora bebiendo. Me acerqué al maitre y le dije que estábamos drunk, y me
dijo "please, wait". Al rato, seguía entrando al restaurante gente que había
llegado después que nosotras. Así que me volví a acercar, para ver si había
algún problema con la reserva, y el maitre me dijo: usted puede pasar, pero la
señora que la acompaña, no. Y dije: ¿cómo? Yo, por aquel entonces, no tenía la
tranquilidad que tengo ahora, que ya pueden llamarme "perra judía", que digo
"uy, qué bien". Pero entonces no, así que entré al restaurante, agarré el mantel
de una de las mesas y tiré de él: ¡ras! En total me cargué cinco mesas. Y claro.
Me cogieron. Pero yo les hice la pascua".
Nuestra súper Sara, dejó muy claro su
compromiso con el reconocimiento de la cultura y los artistas latinos en Estados
Unidos. Fue en México, donde ella consiguió sus primeros reconocimientos como
actriz, alabando las conquistas sociales de las mujeres latinas. Por eso, no es
de extrañar que decidiera buscar suerte lejos de los papeles en el que el
Hollywood de la época, encasillaba a las mujeres latinas con papeles secundarios
o de “indias” en sus producciones de Wéster. “…En Serenade, verme de mexicana,
tenerme que cubrir la piel blanca que tengo para ir de india, no me pareció
normal. Yo lo luché, pero fue difícil”. La Antonia a vueltas con el racismo y
apropiación cultural de la época.
"Yo me fui a Hollywood en el 54. Y ningún otro
actor español volvió a salir a América hasta Antonio Banderas. Y eso son muchos
años. Con esto no quiero decir que yo sea súper, súper, súper, pero hombre, algo
súper sí que soy". By SÚPER SARA.
Después de filmar junto a Rod Steiger y
Charles Bronson "Run Of The Arrow" (1957), Sarita volvió a España para unas
cortas vacaciones donde su amigo Juan de Orduña, le ofrece un papel protagonista
de un film musical llamado "El Último Cuplé”. El film contaba la historia de una
cantante del llamado “género ínfimo”, es decir, de cuplés, cuya vida y
apariencia se alejaban del ideal femenino del franquismo para adentrarse en la
sensualidad, la ambigüedad y los límites de la censura. No había apenas
presupuesto, el mismo Anthony Mann se negó a colaborar económicamente para que
la película saliese adelante, y nuestra Antonia no sabía cuándo llegaría a
cobrar por ella, pero el papel le encantó y aceptó.
“El Último Cuplé” fue rodada
con tan poco presupuesto y tanta precariedad que tenían que grabar las escenas
en una sola toma porque no podían gastar más que en lo estrictamente necesario.
Algunos trajes estaban hechos de papel. Debido a esa escasez de presupuesto,
Sara pasaría a cantar las canciones, ya que la cantante que en un principio se
encargaría de ello, viendo el panorama, se largó. En ese momento, nuestra Súper
Sara graba todas las canciones en una mañana con su propia voz, algo que aunque
le pilló totalmente por sorpresa, fue un sueño para ella, y aunque estaba
agotada (la noche anterior había estado de juerga con Lola Flores) este hecho
marcaría el éxito de la película. Su voz, con una tesitura similar a la de
contralto y su forma de cantar diciendo, al igual que la Rosalía de hoy y su
“TRA TRA”, marcó un nuevo género en aquella época. Ella misma tuvo que hacer los
arreglos durante la grabación, como anécdota ella siempre contaba que el maestro
le decía: “Sara, si seguimos bajando el tono acabamos debajo del piano”.
Al
finalizar el rodaje de ésta, Sara regresó a Hollywood para continuar con el de
“Yuma”, sin sospechar lo que el destino le tenía preparado. En mayo del 57 se
estrenó “El último cuplé” y fue un éxito sin precedentes, la gente hacía cola en
el cine Rialto de Madrid para verla una y otra vez. La película “Fantasía” de
Disney, veía retrasado su estreno semana tras semana. La película se mantuvo en
cartel durante más de un año no solo en España, sino en toda Europa y Latino
América. El disco con las canciones de la película se convirtió en un éxito de
ventas, logrando los primeros puestos en las emisoras radiales de 20 países.
Nuestra Superheroína, se había convertido en la gran Sara Montiel. “Después del
estreno de El último cuplé’ soy Sara Montiel en todo el mundo, quieran o no, eso
ya no me lo quita nadie”.
Ante el impresionante triunfo, Sara comenzó a firmar
contratos millonarios para rodar musicales en España y Europa. Al mismo tiempo,
la casa discográfica Hispavox le ofreció un contrato para la grabación y edición
de sus discos, por lo cual nuestra paisana, decidió finalmente abandonar
Hollywood y volver a España.
Poco después llegó "La Violetera" (1958), donde
obtuvo un éxito incluso mayor al anterior. El tema del maestro Padilla (que
llevó a los tribunales a Chaplin por plagio) es el que da nombre a la película,
convirtiéndose en una de las canciones con la que todo el mundo identificaría a
Sara Montiel, un tema que por cierto, interpretó hace una semana, en la gala de
los Goya de 2021, Nathy Peluso. Y aunque fue precioso ver a nuestra paisana
proyectada en las imágenes de fondo y homenajeada por Nathy Peluso mientras
cantaba La Violetera, lo que si hubiera sido totalmente “Maaarvelous…” es que la
academia se hubiera unido a ese homenaje, con el reconocimiento que se merece
nuestra Mari Antonia, concediéndole el Goya de honor tan merecido que no le
otorgaron en vida: “No vuelvo a comer hasta que no se comprometan a entregarlo.
Al presidente de la Academia, el señor González Macho, le digo que si no
conceden un Goya de Honor a título póstumo a Sara Montiel, la estrella más
grande que hemos tenido, me pondré en huelga de hambre en la calle. Para mí no
quiero nada, pero ella se lo merece”, advertía su inseparable amiga Maru
(Marujita Díaz) en declaraciones a Efe. La pobre se ha ido sin ver ese
reconocimiento tan merecido a su queridísima amiga, y que a día de hoy, sigue
siendo una deuda histórica de la academia española.
Y es que, a partir de aquí,
nuestra Sara Montiel seguiría siendo una estrella hasta el final de sus días,
combinando la filmación de películas con la grabación de discos y actuaciones
personales en los escenarios más prestigiosos del mundo, sus propias giras
teatrales y programas en TV, etc., reinventándose una y otra vez.
"Nací de pie,
pero nací y aunque no hubiera hecho “El último cuplé” habría llegado arriba por
un lado u otro", dijo en una ocasión, aunque ya más seria, reconoció que en su
entorno rural se hizo una promesa: "Me juré no tener ningún amo, ser pájaro
libre y lo he cumplido".
Es cierto que parte de la gente nacida entre los 80, 90
o 2000, probablemente no conozcan tanto la vida y obra de nuestra paisana,
debido también a la caricatura malamente creada en torno a su figura por la
prensa del corazón. Nuestra Sara Montiel, la gran actriz de cine, cantante,
empresaria y productora, no dejó de ser nunca nuestra Mari Antonia, una mujer
cercana, espontánea, con un sentido común tremendo y divertidísima.
Gracias a
podcasts como el de Lidia García en “Ay Campanera” y a sus hilos divulgativos en
twitter, donde nos habla de copla, cuplé y zarzuela con perspectiva de género,
podemos conocer más y mejor la historia de nuestras folclóricas. Es así como
conocemos momentos de la vida de nuestra Mari Antonia poco conocidos, como por
ejemplo, el caso de Josefina López “La Elena Francis antifranquista” que trabajó
como locutora durante 25 años en Radio Pirenaica; emitiendo dos programas, uno
dedicado a la población española exiliada y el otro dedicado a las mujeres,
donde hablaba sobre la necesidad de emancipación e independencia de las mujeres.
Pudiendo regresar a España en 1969, gracias a la mediación de nuestra paisana
Sara Montiel, y en democracia, llegaría a ser teniente de alcalde del
Ayuntamiento de Castellón y senadora. Gracias también a documentales como
“Legado” de Canal sur, o algunos de RTVE, como “Todos los nombres de Sara” o en
el programa de “Lazos de Sangre”, conocemos mejor a una Sara Montiel, que
también fue y sigue siendo icono dentro del colectivo LGTBI. Algo que tal vez se
conozca menos son las veces que se enfrentó a Franco; una de ellas rechazando su
invitación a cantar en su fiesta de Navidad, otras “cada vez que acudía al
cuartel a pedir que dejasen salir a los homosexuales que habían detenido, les
defendía a capa y espada, y por eso ellos le devolvieron todo el amor al
convertirla en el icono de la comunidad. Incluso llegó a ser pregonera de las
Fiestas del Orgullo, algo que le hizo mucha ilusión” (Manuel Zamorano) Como dijo
Samantha Hudson en un programa del podcast “Las Blingueras”: “Debería estar
tipificado en el código penal no hablar de Sara Montiel cada 5 minutos, es la
mejor, nos lo ha dado todo, es la Cher de España” Y es que nuestra María Antonia
Alejandra Vicenta Elpidia Isidora Abad Fernández fue una mujer adelantada a su
época, inteligente y de gran corazón, con conciencia de clase, ella nunca olvidó
sus raíces: “Nadie me ha explotado. Quien lo intentó fue Harry Conn y no pudo
porque no le dejé. La que me guió y me enseñó fue mi madre. Era una señora que
no sabía leer ni escribir, porque la enseñé yo a firmar. Mi madre tenía un sexto
sentido, un octavo sentido.
Ella fue la que creyó en mí”. Ella, al igual que su
madre, sus abuelas, hermanas, primas… como tantas otras “Maria Antonias” de
nuestro entorno, son nuestras estrellas, las que con su brillo nos siguen
guiando en este mundo, nuestras superheroínas, que forman parte del legado de
todas nosotras, siendo nuestro deber salvaguardarlo.
Curiosidades de nuestra
Superheroína manchega más camp y kitsch en acción: - Estuvo a punto de acompañar
a James Dean el día de su fatídico accidente de coche.
- Unos años antes de que
Elizabeth Taylor lograra cobrar un millón de dólares por rodar Cleopatra,
Nuestra Super Sara ya se había convertido en la actriz mejor pagada del mundo
gracias a La violetera, película que hizo inmediatamente después del abrumador
éxito internacional de El último cuplé.
- En Hollywood se le presentó en la
kitchen Marlon Brando con el único propósito de que nuestra Maria Antonia le
diera a conocer nuestra gastronomía, cocinando unos huevos a La Manchega con su
posterior café , un desayuno ¡chupi! en palabras de la Antonia.
- También enseño
a cocinar unas buenas gachas con tajás en el programa de rtve “con las manos en
la masa”
- Marujita Díaz narró en una ocasión, cómo su amiga Sara le había
contado que durante un paseo había resbalado y se había ido rodando hasta caer
en el Canal de Isabel II, de donde salió estupendamente gracias a su habilidad
como nadadora.
- Salvó a Jackie Kennedy de morir en un avión cuando estalló la
ventanilla del aparato y ella puso el bolso para protegerla: “Thank You, miss
Mann” - Marlene Dietrich la enseñó a maquillarse, quien le enseñó las maravillas
de una media puesta en sobre la lente de una cámara.
- Ernest Hemingway le
enseñó a fumar puros. - Jugó al tenis con Greta Garbo. - Sara Montiel, llegó a
comer con Marilyn Monroe en el domicilio neoyorkino que la actriz compartía, al
lado del río Hudson, con su entonces marido, el dramaturgo Arthur Miller.
- Su
personaje se quedaba muda tras el naufragio del Titanic en La violetera. - Cantó
en gallego Lonxe de Marín en un momento de homenaje a la emigración hacia
América durante la película Mi último tango.
- Citas celebres: “En Rusia soy
como Stalin en los primeros tiempos: se me adora. Allí soy más conocida que el
Kremlin”. “El mariscal Tito de Yugoslavia tenía todos mis discos” “Amo tanto a
mi público que moriría espachurrá de amor”.
- Realizó un desnudo para Interviú
con un posado mítico en una piscina rodeada de flores, bajo el título de “Las
domingas de Sara Montiel”
- En una entrevista sobre su libro Sara y el Sexo:
“Nunca me he masturbado, no me ha hecho falta” “Hay que practicar sexo todo lo
que se pueda” - momentos míticos del surrealismo de nuestra manchega más
universal: “¿Pero qué pasa? ¿Pero qué invento es esto?”. entre la multitud de
periodistas que les gritaban ¡Vivan los novios!, Sara ponía cara de sorprendida:
“¡Si no nos hemos casado!”. mientras una señora le gritaba apuntando desafiante
con el dedo desde el otro lado de la ventanilla del coche: “¡Que sí que te has
casado! ¡Que sí, que lo ha dicho la tele!”.
- Protagonizó un duelo muy cómico de
divas con su amiga Marujita Díaz en el que ambas fingían pelearse a muerte y del
que ambas salían beneficiadas.
- Inspiró la canción de Carlos Berlanga Super
Sara , donde entonaba versos como: “En la mirada tengo rayos gamma, Levanto
pesos de una tonelada, ¡qué pasada!”
- Conseguió que, a la vez, Berlanga le
escribiese otro tema, Atrévete otra vez , con la letra: “Te pasas de listo, te
crees que soy tonta, sólo eres un cuerpo de muy poca monta”.
- Grabó a los 80
años el tema y el videoclip “Absolutamente” con Fangoria.
- En 2002 protagonizó
un sonado spot lleno de humor para los MTV Europe Music Awards.
- De Campo de
Criptana lo que más le gustaba y recordaba de su niñez son los molinos y el
cerro de la Virgen de Criptana hasta donde subía para ver los atardeceres.
- En
mayo de 1983, extracto de la entrevista realizada por Alfonso Castro en el
camerino de nuestro Teatro Cervantes (Campo de Criptana), poco antes de proceder
a su reinauguración: “horas antes se había rebautizado con su sonoro nombre a
una avenida del pueblo y en el que se escucharon en el teatro a lo largo de ocho
minutos (cronometrados) atronadores aplausos de reconocimiento de sus paisanos,
que le cantaron los Mayos entre las lágrimas que caían de sus mejillas.”
-
Documentación consultada y de interés:
* ÁLVAREZ RODRIGO, Álvaro, (2020),”El
cuerpo como desafío al ideal de feminidad franquista. Sara Montiel, la estrella
española que vino de Hollywood (1950-1957”), Revista Arenal: revista de historia
de las mujeres, vol.27 (2), Universidad de Granada, pp.355-381. * DONAPETRY,
Maria, (2010) “Conversación con Sara Montiel, Trátame de Tú”, Arizona Journal of
Hispanic Cultural Studies, (4), pp. 460-471. * VELASCO MOLPECERES, Ana Mª,
(2019) “El último cuplé” (1957): un desafío femenino en el cine del franquismo,
Revista Historia Autónoma, (14), pp. 129-151. * MONTIEL, Sara, Sara y el Sexo,
Plaza & Janés Editores, 2003. * MONTIEL, Sara, Memorias: vivir es un placer,
Plaza & Janés Editores, Barcelona, 2000. *Página web de turismo Ayuntamiento de
Campo de Criptana. *Página web de turismo Ayuntamiento de Orihuela.
EDITADO POR
LA ASOCIACIÓN "LAS VIOLETERAS"